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martes, 27 de agosto de 2013

DEBATIERON SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DE LA CIUDAD UNIVERSITARIA DE CARACAS


31 de Julio de 2013


El director general del Museo de Arquitectura, Juan Pedro Posani, encabezó el encuentro, organizado para difundir el valor de los bienes patrimoniales.


Con el propósito de difundir el valor de los bienes patrimoniales y la importancia de su conservación se realizó el ayer, en la Villa Santa Inés -sede del Instituto de Patrimonio Cultural (IPC)- la charla La Arquitectura de la Ciudad Universitaria de Caracas pasado, presente y porvenir, a cargo del director general del Museo de Arquitectura (Musarq), Juan Pedro Posani.

Durante su encuentro con profesores, alumnos y comunidad en general, Posani detalló lo representa – y representó- la emblemática arquitectura de la ciudad universitaria, declarada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.

“Siempre he llevado esta obra en el corazón, en ella he dejado parte de mi vida y no puedo olvidarla ni despreciarla”, afirmó el director del Musarq.

Posani, quien trabajó al lado del recordado arquitecto Carlos Raúl Villanueva -padre de esta majestuosa creación- destacó que uno de los elementos que la convierte en una obra de interés y transcendencia es que fue construida en plena dictadura.

“El primer recuerdo que tengo de la ciudad universitaria es que era un campo virgen completamente. En ella se cultivaba caña, particularmente en la zona plana en donde se ubica la Facultad de Humanidades”, comentó el especialista.

Refirió que en principio se comenzó con la construcción del Hospital Universitario, baja la coordinación de Villanueva, el ingeniero Guillermo Herrera, Armando Vargas y los asesores norteamericanos Frank Mc Vey Thomas Penton.

“El hospital es un proyecto que vino de afuera y luego fue modificado y corregido, pero en esencia su composición y organización interna derivaba de un proyecto norteamericano”, explicó el arquitecto.

Espacio cotidiano

Posani manifestó que la ciudad universitaria es un núcleo compacto y global, concebida por Villanueva como espacio en la que estudiantes y profesores pudieran desarrollar su cotidianidad; es por esto que cuenta con instalaciones deportivas, viviendas, un comedor, un hospital y otras espacios para el esparcimiento.
Entre otras cosas, el arquitecto recalcó que para el año de 1960 la obra ya estaba adelantada, pero luego de la caída de Marcos Pérez Jiménez surgió una visión distinta de la ciudad “típicamente adeca” y su levantamiento fue paralizado por considerarla un proyecto de la dictadura, “además decían que habían otras cosas que atender y nunca se supo qué cosas eran esas”.

El arquitecto apuntó: “La ciudad universitaria no está terminada y esto hay que hacerlo parte de nuestra cotidianidad”.


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