DEBATIERON SOBRE EL PASADO Y EL FUTURO DE LA CIUDAD UNIVERSITARIA DE CARACAS
31 de Julio de 2013
El director
general del Museo de Arquitectura, Juan Pedro Posani, encabezó el encuentro,
organizado para difundir el valor de los bienes patrimoniales.
Con el propósito de difundir el valor de los bienes
patrimoniales y la importancia de su conservación se realizó el ayer, en la
Villa Santa Inés -sede del Instituto de Patrimonio Cultural (IPC)- la charla La
Arquitectura de la Ciudad Universitaria de Caracas pasado, presente y porvenir,
a cargo del director general del Museo de Arquitectura (Musarq), Juan Pedro
Posani.
Durante su encuentro con profesores, alumnos y comunidad
en general, Posani detalló lo representa – y representó- la emblemática
arquitectura de la ciudad universitaria, declarada por la Unesco como
Patrimonio de la Humanidad.
“Siempre he llevado esta obra en el corazón, en ella he
dejado parte de mi vida y no puedo olvidarla ni despreciarla”, afirmó el
director del Musarq.
Posani, quien trabajó al lado del recordado arquitecto
Carlos Raúl Villanueva -padre de esta majestuosa creación- destacó que uno de
los elementos que la convierte en una obra de interés y transcendencia es que
fue construida en plena dictadura.
“El primer recuerdo que tengo de la ciudad universitaria
es que era un campo virgen completamente. En ella se cultivaba caña,
particularmente en la zona plana en donde se ubica la Facultad de Humanidades”,
comentó el especialista.
Refirió que en principio se comenzó con la construcción
del Hospital Universitario, baja la coordinación de Villanueva, el ingeniero
Guillermo Herrera, Armando Vargas y los asesores norteamericanos Frank Mc Vey
Thomas Penton.
“El hospital es un proyecto que vino de afuera y luego
fue modificado y corregido, pero en esencia su composición y organización
interna derivaba de un proyecto norteamericano”, explicó el arquitecto.
Espacio cotidiano
Posani manifestó que la ciudad universitaria es un núcleo
compacto y global, concebida por Villanueva como espacio en la que estudiantes
y profesores pudieran desarrollar su cotidianidad; es por esto que cuenta con
instalaciones deportivas, viviendas, un comedor, un hospital y otras espacios
para el esparcimiento.
Entre otras cosas, el arquitecto recalcó que para el año
de 1960 la obra ya estaba adelantada, pero luego de la caída de Marcos Pérez
Jiménez surgió una visión distinta de la ciudad “típicamente adeca” y su
levantamiento fue paralizado por considerarla un proyecto de la dictadura,
“además decían que habían otras cosas que atender y nunca se supo qué cosas
eran esas”.
El arquitecto apuntó: “La ciudad universitaria no está
terminada y esto hay que hacerlo parte de nuestra cotidianidad”.
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