SUSTENTABILIDAD AMBIENTAL DEBE PASAR POR NUEVOS PARADIGMAS ECONÓMICOS
21 de Marzo de 2009
Para lograr la sustentabilidad
ambiental, los países deben adoptar nuevas formas de gestionar y pensar el
mundo que no estén basadas en la estructura económica actual, señaló el
economista y ambientalista mexicano Enrique Leff.
En la conferencia magistral con la
que concluyó su participación en la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar de
la Universidad de Guadalajara, Leff utilizó algunas de las ideas plasmadas la
literatura cortazariana para explicar los orígenes de los que llamó una crisis
ambiental mundial.
Apoyado por personajes y pasajes
de libros como Rayuela y el libro de Manuel, de Julio Cortázar y de pensamientos
de poetas como T.S. Elliot y Fernando Pessoa, el ambientalista intentó mostrar
los puntos en común ¡que unen a la literatura, la filosofía y la poesía con el
calentamiento global y los retos de la sustentabilidad”.
“El capítulo 125 de Rayuela plantea un
cambio y una reconciliación. Pero la reconciliación entre naturaleza y cultura
no es un simple cambio de lenguaje para renovarse, sino una desconstrucción del
pensamiento que ha dado un lenguaje que oprime al ser. ¿Cambio hacia que, hacia
donde? Precisamos una conciencia sabia que nos permita abrirle ramas a la vida
y saber vivirla. ¿Cómo conducir la reflexión y la acción que abra nuevas
vertientes más allá de la vida al día y la lucha de la supervivencia del
empleo, del costo de la vía, del pago de los impuestos, del miedo a la
seguridad y el terrorismo?.
El académico e investigador de
la Universidad Nacional Autónoma de México precisó que es necesario romper los
paradigmas de la economía y de la racionalidad imperante que “adormece la
razón y nuestros sentidos intensificando el camino hacia la muerte entrópica
del planeta”.
“En la narrativa de Cortázar
subyace una pregunta persistente: ¿Como tender los puentes y buscar los nuevos
contactos más allá del entendimiento amable de generaciones y cosmovisiones
diferentes?, porque no se trata simplemente de coexistencias, de
intersubjetividades e interculturalidades. Suelo preguntarme si cuando creo
elegir algo nuevo, sé realmente lo que busco o si no hago más que preferir mi
herencia cultural, mi occidente burgués. Eso se parece un poco al
discurso actual sobre el desarrollo sostenible”.
Leff subrayó que el sistema actual de
producción y consumo condiciona la posibilidad de pensar de otra manera las
cosas, de mantenerse dentro de los mismos cánones de racionalidad e
imposibilita la resistencia al cambio, a dar el paso hacia el otro lado,
queriendo detener la caída del mundo bajo los principios del pensamiento
sujetado a la economía.
“Pretendemos absorber y resolver
la crisis ambiental con los mismos instrumentos económicos, instrumentales y
jurídicos de la modernidad con que fue generada. Es la paradoja y el dilema del
principio de desconstrucción que comenzó a instalarse en el pensamiento de la
filosofía posmoderna en estos tiempos. Una desconstrucción que nos ayuda a
entender hacia donde hay que echar la mirada y tirar las líneas de acción
para pasar al otro lado, hacia esos otros mundos posibles, hacia una
racionalidad ambiental y un futuro sustentable”.
Para lograrlo, dijo es fundamental
plantearnos “¿cómo desconstruir ese orden preestablecido, tenaz y persistente
que todo lo engloba con las reglas y los mecanismos del mercado?. ¿Cómo romper
ese cerco de racionalidad que han construido las famas para entrar en la
racionalidad de los cronopios?”.
Enrique Leff ofreció durante
cuatro días, a estudiantes y profesores, el curso “Sustentabilidad,
racionalidad ambiental y diálogo de saberes en la Casa Cortázar de la UdeG,
como parte de las actividades de esta cátedra.
Mientras que los líderes mundiales sigan preocupados solo por aspectos económicos y no se preocupen por la preservación ecológica, no se darán cuenta de lo favorable que resultaría trabajar todos en pro del desarrollo sustentable
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